Mi historia

"La vida es un curso a largo plazo, en la que tu eres maestro y alumno. Unas veces te toca enseñar, todos los días te toca aprender."

 

Desde que tengo uso de razón, he estado relacionado con el deporte, ejercicio físico y la educación. Aún recuerdo cuando era un niño muy pequeño, apasionado del senderismo, (Fui el socio más joven del grupo de montaña de Ensidesa Avilés). Toda la semana esperaba con ansia los domingos, para irme a algún pico asturiano con mi padre, e incluso cuando él no podía ir, iba a la montaña con mi tío. 

He practicado un montón de deportes en mi vida, he jugado en un equipo de fútbol sala en el colegio, a la vez que jugaba, practicaba taekwondo en un gimnasio que tenia debajo de casa, realicé piragüismo, natación, fútbol campo, atletismo...

 

Pero no fue hasta que conocí a "Juanín", un maestro  de Educación Física del colegio, cuando pensé ¡Yo quiero ser como tú!. No sé, son esas cosas que te pasan en la vida, de repente sientes un golpe, una emoción y te das cuenta de que esa profesión es la que auna todo lo que te gusta, lo que te apasiona, algo en lo que sientes que puedes ser bueno, que ha sido creada para ti.

 

Me puse manos a la obra y empecé a estudiar la carrera. Nunca me gustó demasiado estudiar, así que me costo mucho al principio. Pero no me entendáis mal, nunca he sido un vago. A la vez que estaba estudiando, trabajaba en varios empleos no relacionados con la Educación Física, que no eran nada buenos lo que me motivó mucho para estudiar con todas mis fuerzas.

 

Cuando terminé la carrera, me di cuenta que había un montón de maestros como yo y que la única manera de trabajar en un colegio Público era estudiar la oposición, así que me puse manos a la obra. No sé si alguno de vosotros/as habéis estudiado alguna vez una oposición, es una buena manera de conocerte a ti mismo, porque tienes que luchar contra 100000 personas por tu puesto de trabajo y lo que es peor, tienes que luchar contra ti mismo, que a veces es lo peor.

 

La primera oposición que hice fue durísima para mi, no sólo por el temario, la programación etc, sino porque me di cuenta que en la carrera no aprendes nada. Pero en la academia me enseñaron a estudiar, y mucho de lo que soy hoy en día es por ellos. Estudiaba cinco horas diarias, una locura, pero sirvió para algo porque saque un 8,34, pero ni así conseguí trabajar ni un solo día en un colegio público.

Muchos en mi posición se hubieran desanimado, lo hubieran tirado todo por la borda y hubieran ido a lo fácil. Pero yo no, porque no soy como los demás. En vez de quejarme de mi mala suerte, analice la situación, vi los fallos que tuve y lo que podía mejorar y me decidí a hacerlo. En vez de estudiar cinco horas, estudiaba 7 y hasta más en la recta final, me preparé al máximo, y dio sus frutos porque fui la sexta mejor nota de toda Asturias, fui el mejor de mi tribunal y saque un ¡9,34!.

 

No me he arrepentido ni un solo momento de la decisión que he tomado. No es fácil ser maestro, muchas veces me he caído y otras tantas me he levantado y me levantaré. He tenido que prepararme mucho, no solo académicamente, que también, sino en lo más complicado, el trato directo con los alumnos y alumnas. Pero todo se fue convirtiendo en una droga para mi. Siempre he querido más, y no paré hasta que conseguí que me pagaran por hacer lo que me gusta. Dijo Confucio "Trabaja en lo que te gusta, y nunca más tendrás que ir a trabajar".